Joel 2:12 – 13 dice «Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mi con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo». Dios en grande en perdonar a quién tiene un verdadero arrepentimiento; porque el Señor siempre está dispuesto a perdonar y bendecir. Este es un acto propio de la soberanía de Dios, y que a veces el ser humano cree tener derecho al perdón sin haber tenido un verdadero acto de contrición nacido de un corazón sincero; porque la palabra convertir significa volver una cosa en otra; o dicho en otras palabras que una persona pecadora y perversa vuelva su rostro a Dios y busque el perdón y sea convertida en una persona nueva.
Porque este es el acto de Dios por el cual hace que la persona regenerada en su vida consciente, se vuelva al Señor en fe y arrepentimiento. Pues el convertimiento no puede venir de Dios a la persona si primero no hay un arrepentimiento genuino (Jeremías 4:1 «Si te volvieras, oh Israel, dice Jehová, vuélvete a mí. Y si quitares de delante de mí tus abominaciones, y no anduvieres de acá para allá.»; Oseas 12:6 «Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre,»; Oseas 14:1 «Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído». Míqueas 6:8 «Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno. y qué pide Jehová de ti; solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.»)
En el Antiguo Testamento se usa la palabra nijam que significa «arrepentirse de tal manera que incluye un cambio de plan y de acción». La otra es shub y significa volverse, retornar después de haber partido.
mientras que en el Nuevo Testamento del griego metanoco/metonoía que significa cambio de parecer, un cambio moral, porque la mente y la conciencia está corrompida («Tito 1:15 «Para los puro todo es puro, pero para los corruptos e incrédulos no hay nada puro.Al contrario, tienen corrompidas la mente y la conciencia».), así que cuando en la mente ocurre un cambio de parecer, la persona recibe un nuevo conocimiento, y cambia la dirección de su vida consciente; entonces su cualidad moral también cambia.
La otra palabra que define la conversión es epistrefo/epistrofe que del griego significa «volverse o retornar». Que enfatiza el hecho de que en la vida activa ocurre una cambio de dirección, lo que es el acto final de la conversión.
La tercera palabra es metamelonaí, que aparece cinco veces y significa arrepentimiento, y no siempre es el verdadero arrepentimiento, ya que fue usado para señalar el arrepentimiento de Judas, que fue realmente un remordimiento, ya que de haber sido un genuino arrepentimiento hubiera ido a los pies de la cruz y le hubiera pedido perdón al Señor; pero esto no sucedería porque el era el hijo de perdición (Mateos 27:3 «Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos.»)
En cuanto al arrepentimiento, la Biblia habla de la conversión nacional, que se refiere a la conversión de Israel en el tiempo de los Jueces, de Judá en los tiempos de los reyes y de los habitantes de Nínive (Jonás 3:10 «Al ver Dios lo que hicieron, es decir, que se habían convertido de su mal camino, cambio de parecer, y no llevó a cabo la destrucción que les había anunciado.»). Dios siempre da la oportunidad para el arrepentimiento y la conversión y la decisión es personal en cuanto al cambio del estilo de vida.
Conversión temporal, esta no representan ningún cambio del corazón y tiene significado pasajero y la Biblia lo explica claramente (Mateo 13:20-21 «El que recibió la semilla que cayó en terreno pedregoso es el que oye la palabra de Dios e inmediatamente la recibe con alegría; pero como no tiene raíz, dura poco tiempo, cuando surge problemas o persecución a causa de la Palabra, en seguida se aparta de ella.»; Hechos 8:9, 18, 20 «Ya desde antes había en esa ciudad un hombre llamado Simón que, jactándose de ser un gran personaje, practicaba la hechicería … Al ver Simón que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,… Que tu dinero perezca contigo, le contestó Pedro, porque intestaste comprar el don de Dios con dinero»; 1Timoteo 1:19-20 «y mantengas la fe y una buena conciencia. Por no hacerle caso a su conciencia, algunos han naufragado en la fe. Entre ellos están Himeneo y Alejandro, a quienes he entregado a Satanás para que aprendan a no blasfemar»). Siendo importante la verdadera conversión por lo cual el Señor dice que no todo aquel que le diga Señor, Señor entrará al reino de los cielos…..
Nota: La imagen que aparece es un atardecer sobre el puente del lago de Maracaibo