INTRODUCCION A LOS PACTOS DE GRACIA

Los pactos a través de la historia de la humanidad los estableció Dios con los hombres; después de la creación del hombre en Génesis 2, y de la transgresión del hombre al desobedecer a Dios, lo que la tradición ha dado en llamar el “pecado original”, Dios en su infinita misericordia a establecido varios pactos, siendo el último pacto el pacto de gracia, sellado con la preciosa sangre de Jesucristo el único mediador entre Dios y los hombres.

Según el diccionario, pacto es un contrato, convenio, tratado o alianza entre personas o entidades. Bíblicamente, es acuerdo, obligación o vínculo entre los hombres, o entre Dios y los hombres. Es más que un convenio, porque en este caso, el énfasis está en el lado divino, pero no es válido si el hombre no lo acepta. Dios en su gracia, se compromete a salvar el hombre de su transgresión, su desobediencia.

Naturaleza y característica del pacto.

Hay dos clases de pactos en la Biblia, y además tienen su señal o símbolo.

  1. Condicional: su cumplimiento depende del hombre (Ex 19:5) “…si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto…”
  2. Incondicional: su cumplimiento depende solamente de Dios (Gn 9:11-17)
  3. Solamente cuatro pactos tienen su señal o símbolo la señal del pacto con Noé fue el arco iris; la del pacto con Abraham, fue la circuncisión; la del pacto con Moisés, fue el sábado; y la del pacto con David fue el Hijo.

El pacto de Dios tiene cuatro puntos importantes:

  1. a) al autor: Dios es el autor de los dos pactos, solo Dios pudo establecer pactos como
  2. b) Las partes del contrato, en ambos casos son Dios y las personas;
  3. c) las condiciones y promesas;
  4. d) los contenidos de la promesa que en ambos casos es la vida eterna;
  5. e) el propósito es para la gloria de Dios.

En el pacto de gracia, Dios se presenta como Redentor y Padre. El establecimiento fue impulsado por el amor y la benevolencia de Dios; por su misericordia y gracia especia. El hombre aparece como pecador que ha pervertido sus caminos y que puede presentarse únicamente como una parte en Cristo, el Fiador. Descansando en la obediencia de Cristo como Mediador, siendo su obediencia absoluta y segura; donde el camino a seguir es la fe en Jesucristo, porque Él mismo dijo dichoso los que creerán sin haber visto: “la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve” (He 11).

Dios aparece en este pacto no sólo como Dios soberano y benévolo, sino también y muy especialmente como un padre lleno de gracia y perdonador, dispuesto a perdonar el pecado y a restaurar a los pecadores a la bendita comunión con Él.

Dios concede un fiador que cumple nuestras obligaciones. Porque Dios mismo provee el Fiador en la persona de su Hijo que cumple con las demandas de la justicia, y porque mediante su gracia revelada en la obra del Espíritu Santo, Dios nos capacita para vivir conforme a las responsabilidades del pacto. El pacto se origina en la gracia de Dios, se ejecuta en virtud de la gracia de Dios y se cumple en las vidas de los pecadores mediante la gracia de Dios. Para el pecador todo es de gracia desde el principio hasta el fin.

Es un pacto eterno y por lo tanto inquebrantable. Cuando hablamos del pacto como eterno hacemos referencia al futuro más que al pasado. En Génesis 17: 19 encontramos lo siguiente: “Respondió Dios: -Ciertamente Sara, tu mujer, te dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Isaac. Confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes des pues de él” Claramente se refiere a nosotros los creyentes. En Hebreos 13:20 nos dice lo siguiente: “Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno…”

La naturaleza del pacto de gracia es que Dios es el autor, ejecutor y propiciador del pacto en forma inquebrantable, porque Él es fiel.

Deja un comentario