Doctrina

DOCTRINAS DEFENDIDAS POR EL MINISTERIO

LA TROMPETA DE DIOS:

Inspiración de las Sagradas Escrituras: es la influencia sobrenatural del Espíritu Santo ejercida sobre los escritores de la Biblia, con el propósito de guiarlos a escribir la Palabra de Dios, sin mezcla de error.

La Palabra inspirada de Dios, por medio del cual Él se comunica con la humanidad, que viene a ser la regla infalible de fe y conducta. Su inspiración nos da la garantía de que la Biblia es la auténtica Palabra de Dios dada a los hombres. (Jn 5:24,39; 14:1-6; Hch 4:12,;16:31)

El único Dios verdadero: reconocer al único Dios verdadero en nuestras vidas. Dios es cognoscible, y más aún, la única forma de obtener la vida eterna es conociéndole (Jn 17:3). Y lo podemos conocer y reconocer a través de sus atributos; los cuales son incomunicables, son esenciales en Dios y no los tiene en ningún grado ningún otro ser, que son: autoexistencia, inmutabilidad, infinidad, unidad. Y los comunicables, ya que las personas podemos experimentarlos de alguna forma, que son: amor (gracia, misericordia, longanimidad), veracidad, justicia, conocimiento y sabiduría.

La Trinidad divina: es la más difícil de explicar, pero por la abundante prueba bíblica, creemos que Dios es Uno esencialmente, pero que existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta doctrina se resume en los siguientes postulados:

– Dios es uno en esencia.

-Su esencia no es divisible.

-Existen tres personas en la divinidad.

-Cada una de las personas posee la totalidad de la esencia de Dios.

La Deidad de nuestro Señor Jesucristo: la esencia o naturaleza divina es que el Señor Jesucristo es Dios. Él es la única persona que posee las dos naturalezas: la divina y la humana. El es verdadero hombre y verdadero Dios. Esto se puede demostrar bíblicamente, como sus nombres: Señor (Hch 2:34-36). El título “Señor” que en hebreo es Adonai y en griego Kurios que los discípulos aplicaban al Jesucristo es equivalente a Adonai que es aplicado a Dios. El Verbo de Dios (Jn 1:1-3), presenta al Señor como: la Palabra de Dios, la Sabiduría eterna y el Originador o Creador y sustentador de todas las cosas (Col 1:15-17). Hijo de Dios (Luc 1:35; Jn 3:16). Así como “Hijo de Hombre” nos habla de humanidad, Hijo de Dios habla de deidad.

Dios testificó su paternidad sobre el Señor Jesucristo, en el bautismo (Mat 3:17; Mar 1:11) y en el monte de la transfiguración (Mat 17:5).

La caída del hombre: es decir, que el hombre, que vivía en santidad con Dios, cometió una falta, pecó (transgredió) y cayó de su nivel espiritual. La Biblia declara que el hombre fue creado justo y bueno, a imagen de Dios, conforme a su semejanza (Gn 1:26,27); Dios lo bendijo (Gn 1:28); Adán fue una persona moral, inteligente, racional, con capacidad de dominio y con libre albedrío para tomar decisiones (Gn 2:15-20). Dios le dio claras instrucciones y le advirtió que el día que comiera del árbol del bien y del mal, ciertamente moriría (Gn 2:16,17).

La salvación: es la acción de liberar de la muerte, mantener con vida, sanar o salvar. Es el acto mediante el cual Dios limpia todos los pecados del hombre para declararlo justo, adoptarlo como hijo y santificarlo, es decir, volverlo a su posición inicial cuando fue creado en Génesis 1:26,27. Todo esto a través de lajustificaciónregeneración santificación.

Los sacramentos de la Iglesia: son aquellas ceremonias divinamente establecidas y practicadas por la Iglesia cristiana; estos son dos: bautismo en agua y la Cena del Señor. El bautismo fue introducido por Juan el Bautista por mandato de Dios (Jn 1:33). Y se hace por inmersión (zambullirse en el agua) y no por aspersión. La Cena del Señor consiste en la participación de los elementos: pan y el fruto de la vid (jugo de uva), como expresión simbólica de la obra expiatoria del Señor Jesucristo y en memoria de Él. Fue instituida por el Señor Jesucristo (Mt 26:20-30).

El bautismo en el Espíritu Santo: el Señor Jesucristo relacionó el descenso del Espíritu Santo con la promesa de Joel 2:28,29 y lo llama la Promesa del Padre. Es una unción especial sobre las personas que lo reciben, y se recibe una vez en la vida, se recibe en el momento del momento en que sinceramente se recibe el Señor como Salvador, es una experiencia total, que transforma la vida de la persona, se diferencia de la llenura porque esta es una necesidad constante, depende de nuestra búsqueda y es progresiva.

Se habla de la evidencia del bautismo en el Espíritu Santo como el hablar en lenguas extrañas, angelicales u otras, sin embargo bíblicamente de la evidencia es la transformación del individuo (2Co 5:17) y los frutos del Espíritu (Gal 5:22-24).

La Iglesia: la palabra iglesia es una transliteración del vocablo griego “ekklesia”, que se usa para describir una asamblea pública (Hch 19:32, 39, 41). En la Septuaginta fue usado para referirse a una congregación israelita. En el Nuevo Testamento se usaba para mencionar a: todo cuerpo de cristianos de una ciudad (Hch 11:22); una congregación (1Co 14: 19,35; Rom 16:5); y todo cuerpo de creyentes de la tierra (Ef 5:32).

La bienaventurada esperanza: son los eventos proféticos del traslado de la iglesia al cielo y el retorno del Señor Jesucristo a la tierra para reinar sobre la humanidad.

El reino milenial de Cristo: será un reino Teocrático que se establecerá sobre la tierra. Tendrá como Rey al Señor Jesucristo y como propósito la salvación de Israel nacional y el establecimiento de la paz universal.

El juicio final: es cuando los muertos sin Cristo serán levantados y juzgados según sus obras, y serán lanzados al castigo eterno, juntamente con el diablo, sus ángeles, la bestia y el falso profeta y tendrán su parte en el lago de fuego y azufre, que es la muerte segunda (Mar 9: 43-48, Ap. 19:20; 20:11-15; 21:8).

Cielo nuevo y tierra nueva: los cielos nuevos y tierra nueva significa que serán nuevos con respecto a forma y calidad, de diferente naturaleza de lo que se contrasta con viejo. Se refiere a una nueva creación y nada tiene que ver con los antiguos elementos.