Codicia es un vocablo que entró al castellano a comienzos del siglo XIII, y se escribía y proninciaba como <<cobdicia>>, que deriva del latín tardío como cupiditia y éste del latín cúpidus que significa codicioso; quien entro al castellano a mediados del siglo XIII.
En el Antigüo Testamento, aparece este vocablo como sustantivo betsá que significa ganancia deshonesta (Éxodo 18:21; avaricia en RV60; ganancias deshonestas en BA). En el Nuevo Testamento griego, la codicia se pronuncia con dos vocablos distintos, que también tienen diferentes sentidos: pleonexia (se presenta 10 veces en Marcos 7:22; Lucas 12:15; Romanos 1:29; 2Corintios 9:5; Efesios 4:10, 5:3; Colosenses 3:5; 1Tesalonisenses 2:5 y 2Pedro 2:3,14), que de acuerdo a su etimología, se expresa como el <<codicioso que siempre desea tener más>>, y filarguria, que aparece una sola vez en 1 Timoteo 6:10, que de acuerdo a su etimología significa avaro, que es amigo de la plata, y que no quiere en ningún momento desprenderse de su dinero, tal cual el joven rico.
Es necesario entonces, atender al doble sentido de la codicia cuando se enseña o se predica.
en cuanto a la codicia, del griego pleonexia, que es el deseo de tener más, Pablo advierte en Colosenses 3:5 que la codicia es sinónimo de idolatría, porque la intensidad del deseo y la adoración de un ídolo tiene una conexión muy clara, como lo enseña el Señor Jesús, como lo afirma en Mateos 6:19-28. Por lo que, la codicia es un pecado muy, pero muy grave; así que, en Lucas 12:15-34, el Señor advirtió clara y seriamente acerca de las consecuencias de ese pecado, por lo cual el ser humano llega a robar y hasta matar. Por lo tanto, la codicia, en cuanto al griego filarguria, que significa no querer desprenderse en modo alguno de su dinero, tiene la misma vigencia que en Mateo y Lucas, citadas anteriormente. Entonces, los apóstoles Pablo, Pedro y Juan, que siguiendo las enseñanzas del Maestro, exhortan, de esta manera, al cristiano a ser generoso y confiar en Dios, para las provisiones de cada día, como dijo el salmista <<no ha habido justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan>>; porque Dios es nuestro proveedor (Filipenses 2:4; 4:6-7, 10-19; 1Pedro 5.7; 1Juan 3:16-18; 5:21) y hasta 3Juan versos 3-10.
Así como Santiago, el hermano del Señor según la carne, en gran parte de su carta, habla en el mismo sentido de la generosidad y en cuanto al pecado de la avaricia.
Las consecuencias de este pecado, es que en la nación donde sus políticos cometan esta practica, se pierde la paz, porque sin justicia no hay paz; lamentablemente en países cono Venezuela donde gobierno y oposición están sumergidos en la avaricia, corrupción y deseo desenfrenado de poder a detenido la paz. Paz que no depende del hombre sino de la misericordia de Dios; pero gracias le damos a él porque todavía hay un pueblo que no han doblado sus rodillas ante Baal, y claman a Dios día y noche por la misericordia del Todopoderoso.
Una iglesia llena del poder del Espíritu Santo, que clama a Dios y que no se ha cumplido la Palabra de Dios en el libro de Ezequiel 22:30, donde Dios busca un hombre que se pare en la brecha delante de su presencia para que impida la destrucción de esta nación. clamamos a Dios por su favor y misericordia para que impida que la avaricia y la corrupción desborde este país y no sea destruido por su pecado.
Todavía hay hombres y mujeres honestos, generosos y temerosos de Dios, y aunque Satanás utilice todos sus recursos espirituales de maldad, no ha podido destruir este país porque si Dios es con nosotros quien contra nosotros; porque nuestra lucha no es contra carne ni sangre, contra seres humanos, sino contra potestades, gobernadores de maldad (Efesios 6:10 y sucesivos).
Gloria damos a Dios por su providencia y misericordioso amor (Juan 3:16)!!!!!